Las mejores intenciones no bastan para hacer algo. Algunas veces, todo se desmorona a nuestro alrededor sin que podamos detenerlo.
Buscamos las razones y tan solo las evidentes nos impactan. Nos sentimos en un huracán que demuele, que destroza. Una y otra vez nos repetimos "mañana todo estará mejor".
El sol nos abraza una vez más, sin que pase el huracán. Volvemos a empezar el día, confiando en que cumpliremos la tarea que nos hemos propuesto, pero al alba hemos sido vencidos nuevamente.
Nuestras estrategias no logran materializarse, nuestra energía se esfuma. Sin excusas, sin elementos. La armadura se descáscara y ahí esta más allá de lo evidente.
El huracán nace en nosotros.
La falta de desición. El adaptarse constante. La rendición a sobrevivir. El nacimiento de las NO GANAS.
El interior quebrado en un rompecabezas que solo uno mismo puede armar.
Nadie vendrá al rescate. Debemos domar nuestro huracán.
Buscamos las razones y tan solo las evidentes nos impactan. Nos sentimos en un huracán que demuele, que destroza. Una y otra vez nos repetimos "mañana todo estará mejor".
El sol nos abraza una vez más, sin que pase el huracán. Volvemos a empezar el día, confiando en que cumpliremos la tarea que nos hemos propuesto, pero al alba hemos sido vencidos nuevamente.
Nuestras estrategias no logran materializarse, nuestra energía se esfuma. Sin excusas, sin elementos. La armadura se descáscara y ahí esta más allá de lo evidente.
El huracán nace en nosotros.
La falta de desición. El adaptarse constante. La rendición a sobrevivir. El nacimiento de las NO GANAS.
El interior quebrado en un rompecabezas que solo uno mismo puede armar.
Nadie vendrá al rescate. Debemos domar nuestro huracán.
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